En el mundo del arte, la revolución del #MeToo aún tardará en llegar: “Tenemos miedo de perder nuestros trabajos, así que nos quedamos callados”.

N.° 188: En la escuela de arte, un estudiante me agredió. Guardé silencio porque sentí que era mi culpa. N.° 40: Tengo 25 años, llevo un vestido corto, y en una cena, un curador y experto en arte moderno se mete debajo de la mesa para fotografiarme la entrepierna con su iPhone. N.° 120: Un artista habla de mi físico con el dueño de una galería: «Es guapa, pero no tiene pechos».
En la cuenta de Instagram #MeTooArtContemporain , los testimonios que relatan violencia sexual llegan a diario, en letras negras que resaltan sobre un fondo morado y rojo. Hasta el momento, se han publicado casi 300, y cientos más siguen acumulándose en la bandeja de entrada del colectivo. Creado en julio de 2024 por profesionales del mundo del arte —galeristas, artistas, investigadores, curadores, artistas, profesores de escuelas de arte— a través de un manifiesto , este proyecto busca visibilizar sus experiencias para que ya no puedan ser ignoradas.
Libération